Con el advenimiento de la modernidad se ha producido una evidente pérdida de la eficacia simbólica del discurso cristiano, ante la secularización creciente, producto del avance de la racionalidad y el individualismo. A medida que se expande la ideología liberal, esta introduce nuevas coordenadas de legitimación para el derecho a no creer. En una era en la que la religión cristiana ya no detenta el monopolio de la salvación de las almas ni es asimilada en su totalidad como tradición auténtica, han surgido en su seno variaciones o resignificaciones del capital simbólico que dan lugar a una adaptación a las modas modernas, como intento de asimilación necesaria para acortar la brecha existente entre mundo religioso y mundo secular. Consideramos que el surgimiento de bandas de rock cristiano (con la evidente paradoja que supone incluir el mensaje divino en el marco de un estilo que fuera considerado herético en sus comienzos) es un gran ejemplo de ello, ya que en los jóvenes la posibilidad de alejamiento de la égida de la normatividad religiosa es más acuciada. Nos proponemos iniciar una investigación cuyo objetivo principal sea develar los límites, si es que los hubiera, de estas formas reactualizadas de transmisión del mensaje religioso, respondiendo a la pregunta: ¿Puede producirse, mediante las bandas de rock, una verdadera “pedagogía” de la identidad religiosa? Buscaremos, para ello, comprender el rol que ejercen dichas bandas en torno a la generación de una “identidad cristiana”, en tanto transmisoras de valores y preceptos religiosos a su público. Analizaremos este rol a la luz de los discursos de los protagonistas de este fenómeno, a saber, tanto integrantes de grupos musicales de rock cristiano como individuos que consuman este estilo musical.