Los movimientos sociales que surgen de las nuevas socialidades inherentes a esta fase del capitalismo tardío toman características nuevas, dentro de un toque anárquico, informal que no se adecuan a las viejas categorías (“Mayo del 68”, por ejemplo). Estos distintos fenómenos son rebeldes a su encasillamiento en las categorías familiares al pensamiento sociológico y que, por ende, merecen definiciones inexactas e imprecisas dentro de un conjunto llamado, a falta de otro mejor, “nuevos movimientos sociales”. Por otro lado, la instauración y ampliación de un modelo extractivo – exportador en la Argentina, se agrega a los modelos agrario y desarrollista industrial. Los múltiples conflictos ambientales generados en Esquel, Chubut o en Catamarca, entre otros, han causado diferentes problemas en los niveles institucionales, técnicos (“ambientales”), políticos. El carácter transversal de estos conflictos, que literalmente atraviesan todos los niveles del tejido social, han generado situaciones curiosas. Una de ellas, en su condición de científicos sociales, nos atañe directamente: el carácter ambivalente de la contribución del sistema universitario de conocimiento. La repetida denuncia, por parte de representantes locales de la participación de la Universidad Nacional de Tucumán, en el asesoramiento técnico y económico en el caso de la Alumbrera, muestra que los investigadores pueden, en tanto actores sociales, articular con las empresas como con las organizaciones sociales. “Los aciertos, obstáculos y contradicciones de la práctica política” (Eje 4) de esta Mesa pueden ser ampliados a un ámbito mayor que el de la Universidad.