Desde el surgimiento de las comunidades terapéuticas (CT) destinadas a la atención por uso problemático de drogas en la década de 1980, el predominio de la experiencia en la formación de los operadores socioterapeúticos (OST) –quienes en su mayoría habían logrado la abstinencia en el uso de drogas en las comunidades– fue criticada desde las disciplinas con formación académica, poniendo en cuestión su idoneidad para la atención de los usuarios de drogas. Considerando que la intervención estatal ha sido clave en el proceso de profesionalización de los OST, en este trabajo analizaremos el rol de las políticas públicas en su formación y en la delimitación de su incumbencia profesional. El trabajo se enmarca en un estudio cualitativo que buscó describir las características de los dispositivos destinados a la atención de los usuarios de drogas de Buenos Aires, realizado en distintas fases entre 2005 y 2007. Para este trabajo se seleccionaron 14 entrevistas semi-estructuradas y 2 grupos de discusión en el que participaron 24 especialistas en la atención por uso de drogas. Para complementar esos datos se recurrió a fuentes secundarias. Se trabajó con la modalidad de análisis del discurso, distinguiendo regularidades y clasificaciones en los materiales empíricos a partir de la identificación de ejes de análisis relevantes. En la década de 1980 se impulsó desde el Estado la capacitación de los referentes de las comunidades de vida como OST, sin otorgarles matrícula profesional. En la década siguiente la oferta de capacitación estatal fue discontinua lo que influyó en el predominio de la experiencia en la formación de los OST. Frente a los cambios en la regulación estatal, que tendieron a ubicarlos en posiciones subalternas respecto a los profesionales matriculados, los OST, que ocupaban cargos directivos, desarrollaron estrategias para seguir conduciendo el proceso de atención en las comunidades.