En la clase del 6 de Enero de 1982, enmarcada en el curso que estaba dictando en el Collège de France en ese año, Michel Foucault ubica al psicoanálisis en continuidad con aquello que él define como espiritualidad. Describía al psicoanálisis como una experiencia espiritual mediante la cual, a través de otro, el sujeto efectúa sobre si mismo las transformaciones necesarias para acceder a su verdad. De esta manera, lo colocaba en el eje entre la subjetividad y la verdad. Quizás esta propuesta haya sido el punto final de una historia de entrecruzamientos entre Foucault y el psicoanálisis; historia compleja, pues la relación entre uno y otro marcaron diferentes caminos y etapas. El presente trabajo busca reconstruir esta historia. Para ello se apoya en varios escritos, de varias décadas: desde los 50’s– con la publicación de la Introducción a L. Binswanger- hasta el mencionado curso que Foucault dicta en el ciclo 1982-83, pasando por La voluntad de saber, de la década del ’70. El objetivo que persigue este recorrido es mostrar alguna de las cajas de herramientas que Foucault desarrolla a partir de su diálogo con el psicoanálisis. Y sobre todo, mostrar que a partir de La hermenéutica del sujeto, se abriría un nuevo campo de abordaje para el psicoanálisis: el estudio de un posible “yo”, en la transición de una sociedad disciplinaria a una de control. Lo que invitaría a pensar si esto habilita a hacernos, junto a Foucault, preguntas sociológicas y psicológicas a la vez.