Las escuelas de reingreso, han sido creadas a partir del año 2004, en el marco del Programa de Deserción Cero como una política que busca garantizar el carácter obligatorio de la educación media sancionado bajo la ley 898/02. En sus fundamentos, se menciona la importancia de concebir a la escuela como ámbito de contención y formación de jóvenes que tenga en cuenta el grado de vulnerabilidad social a la que están expuestos los estudiantes y sus trayectorias escolares discontinuas. El discurso sobre la inclusión se vincula con la emergencia de una concepción ampliada de la profesionalidad docente (Hoyle, 1980; Meo, Dabenigno y Ryan, 2012), por la cual la tarea de los mismos refleja una visión más amplia de la educación, integrando aspectos educativos y no educativos que exceden al trabajo en aula. Los docentes asumen que su trabajo incluye reconocer a sus alumnos como sujetos de derechos que han sido vulnerados y desplegar estrategias más flexibles. Es en ese reconocimiento donde la meritocracia pierde su valor histórico, valorándose otras trayectorias alternativas. Esta ponencia indaga sobre las trayectorias escolares valoradas según la mirada de los docentes de la escuela de reingreso. Interesa pensar cómo son definidos los estudiantes, qué características y comportamientos individuales y familiares son apreciados en dicha institución, y qué estrategias didácticas elaboran para generar y hacer sobresalir a dichas trayectorias. Primero, se introduce la caracterización de las escuelas de reingreso y la estrategia metodológica desarrollada. Luego, se indaga sobre cómo los docentes conciben al estudiante y cuáles características que buscan sobresalir. Se argumenta la emergencia de un nuevo tipo de estudiante valorado, diferente a aquel tradicional basado en la meritocracia de la escuela media.