En los procesos de inserción laboral de los jóvenes las actividades laborales y educativas cumplen un rol central. Numerosos estudios han demostrado que los caminos posteriores a la educación secundaria son caminos sinuosos donde se conjugan el paso por la educación, el empleo, la llegada de su primer hijo, el establecimiento en una residencia propia, entre otros. Así sus transiciones son cada vez más alargadas, menos estructuradas e individualizadas. En Argentina tras años de crecimiento del PBI, donde los niveles de empleo muestran una clara recuperación, encontramos que los jóvenes continúan siendo uno de los sectores más desfavorecidos. Sus trayectorias se encuentran signadas por altas tasas de desempleo, inactividad, empleos precarios; y aun cuando logren insertarse en el sector formal de la economía, sus posiciones son más inestables, sin protección laboral y con bajos salarios. En este contexto las valoraciones que los jóvenes hacen del trabajo suelen ser cambiantes, y están condicionadas por la dinámica del mercado laboral, por su experiencia laboral, por su trabajo actual, y por sus perspectivas laborales futuras. Por tanto, la presente ponencia busca analizar cómo se modifican a lo largo de las trayectorias los sentidos del trabajo que los jóvenes otorgan; y cómo se articulan dichas valoraciones con otros elementos como son la educación, lo familiar, lo residencial, y sus proyectos futuros. En dicha ponencia reflexionaremos a partir de nuestra investigación doctoral en curso, sobre el estudio de panel cualitativo y longitudinal “Trayectorias, disposiciones laborales y temporalidades de jóvenes”, que consta del seguimiento a jóvenes de Zona Norte del Gran Buenos Aires. Los mismos jóvenes han sido observados en tres momentos del tiempo: en 2006 cuando egresaron de su formación (secundaria o profesional), en 2008 y en 2012. En cada serie los instrumentos de recolección de datos fueron entrevistas, calendarios biográficos y tablas de empleo.