En la disputa entorno al significado de los términos se manifiesta la pregunta por el carácter de estos significantes, así la “institucionalidad” y el “desborde” serían los ejes que en la reyerta hacen hincapié en la cuestión del campo de la organización de aquello hábil de ser enunciado y en disputa ¿Cómo se narra el desborde? ¿Cómo interrogan los límites constituidos? Estas preguntas apuntan a pensar en el carácter del poder, la deliberación y el conflicto en la democracia, así como su correlato en las formas discursivas que reducen a lo “institucional” el sino de la democracia, ante aquella que contraponen un horizonte utópico para esta. Siguiendo la lectura de Gilles Deleuze sobre Spinoza por el carácter de la comunidad política bajo el principio de competencia y obediencia, en oposición al de uno de carácter “ético” hábil para el desarrollo de las potencias de los individuos que la constituyen, empalma con la crítica al concepto de “interrupción” y de “verdadero estado de excepción” en Walter Benjamin, como impugnación al orden dado de la comunidad política. La lectura cruzada nos lleva a inquirir por el cariz de esta instancia mediadora que es el presente, por las formas de vida en común, es el cuestionamiento a la articulación y organización de la distribución de los cuerpos, de los discursos que habilitan esta segmentación como base para un modo dado como regular de representación y soberanía.