La familia campesina es una estructura muy tradicional marcada fuertemente por el patriarcalismo, en este sentido, las mujeres campesinas siguen estando relegadas a funciones poco valoradas que no tienen remuneración económica. Sin embargo, espacios como la cocina permiten que, mediante el conocimiento tradicional, las mujeres se empoderen de una lucha social y política que se enfrenta a la industrialización del campo, que quiere monopolizar la producción de semillas y así disminuir la producción de los cultivos de pan coger, afectando directamente la alimentación de las unidades familiares campesinas; es decir, las mujeres campesinas en la cocina, más que un sometimiento, también es: “el empoderamiento de las mujeres campesinas a través de la soberanía alimentaria” para el sostenimientos de sus familias, para la subsistencia diaria. Pretendemos demostrar esto desde el ejemplo de una escuelita de educación popular en la Vereda de Vueltas de Patico en Puracé – Cauca – Colombia.