El presente trabajo parte del análisis de una serie de prácticas corporales vestimentarias experimentales y novedosas llevadas a cabo por ciertos actores culturales que formaron parte del denominado “under” porteño durante la última dictadura militar y que luego se fueron multiplicando con el advenimiento de la democracia. Estas prácticas se enmarcan dentro de lo que el artista y sociólogo Roberto Jacoby denominó “estrategia de la alegría” que “puede describirse de manera muy simple como el intento de recuperar el estado de ánimo a través de acciones asociadas a la música, hacer de ellas una forma de la resistencia molecular y generar una territorialidad propia, intermitente y difusa” capaz de “desencadenar los cuerpos aterrorizados” de los jóvenes. A partir de entrevistas realizadas a algunos de los artistas que protagonizaron dichas experiencias (Ana Torrejón, Katja Alemann, María José Gabin, Claudia Sinesi, Daniel Melero) y del material audiovisual y fotográfico de la época, me interesa reflexionar acerca de aquellas prácticas performáticas que desencadenaron estrategias de resistencia al construirse desde nuevas afectividades y vínculos cooperativos de producción artística. En esas prácticas el placer y lo festivo se encarnaron en los cuerpos produciendo ciertas experiencias estéticas y vestimentarias que quedaron de alguna manera invisibilizadas frente al traumático recuerdo del terror y la desaparición de los cuerpos. Propongo, entonces, reconstruir esas acciones performáticas focalizando en el nuevo lugar asignado al cuerpo y a lo afectivo, para reponer una dimensión hasta ahora ocluida de la resistencia al poder disciplinador y desaparecedor desplegados por la última dictadura militar.