Suele decirse que, en tanto herramienta, todo martillo asume un doble carácter paradójico y hasta contradictorio, esto es, que sirve tanto para construir y crear como para destruir. Nosotros diremos que dicha herramienta es menos la relación entre dos polos exteriores que una tensión que lo desgarra en su unidad. Este trabajo intentará dar cuenta de la posibilidad de constituir un pensamiento nuestroamericano desde la obra del cubano José Julián Martí Pérez y su par de categorías impensar/transpensar. Específicamente, pretendemos, siempre desde la óptica del Apostol, analizar la compleja relación que ata a todo pensamiento latinoamericano con el pensamiento producido en el mal llamado “viejo continente”. Con la premisa de que apriorísticamente no se puede ignorar ni desechar las producciones de cuño europeo, este escrito se organizará a partir de un interrogante que podría formularse del siguiente modo: ¿cómo ser latinoamericanos?