Iniciada la década de los noventa, desde las instituciones gubernamentales se inició con la promoción/implementación de una serie de políticas educativas y líneas de acción dirigidas a transformar los sistemas educativos en la región, aunque teóricamente no existe una educación universal y única y que esta ha variado a través del tiempo y en cada país, en las últimas décadas bajo el discurso de elevar la calidad existe una tendencia a la homologación de ellas: la evaluación/acreditación, eficiencia/eficacia, financiamiento/rendición de cuentas, currículo/flexibilización, cuerpos académicos/líneas de investigación; iniciado el 2000 bajo el discurso de aseguramiento de la calidad, las políticas se profundizaron y se le adscribieron otras: redes de investigación/gestión, competencias/innovación, sociedad del conocimiento/tecnologías de la información, movilidad/internacionalización, Puig (1998), considera que la política pública es implementada para resolver un problema determinado por medio de una acción específica, sin embargo, pese a todas las acciones los problemas que han aquejado a la educación en los países en desarrollo no se logran resolver, la inclusión/cobertura total, la deserción/permanencia, las competencias/, por su parte los administradores enfocados en lograr el máximo de recursos han relegado también en las políticas públicas la profesionalización de los docentes, por lo tanto las metas nacionales, las leyes, programas o planes educativos no alcanzan a cubrirse, por lo anterior , el objetivo es analizar cuáles son las políticas educativas dirigidas a las plantas o comunidad académica que deben tener continuación, modificarse o replantearse porque durante su tiempo de aplicación han demostrado que no son funcionales ante realidades distintas.