El presente trabajo intenta problematizar la función socio-política de las imágenes en tanto que vehículos de transmisión de consignas cuyo objetivo es producir la síntesis social, es decir, reunir multiplicidades más o menos heterogéneas en el marco de una unidad socio-política más o menos homogénea. El trabajo intentará mostrar que las formaciones socio-políticas no pueden prescindir de la dimensión estético-audiovisual al momento de reproducirse y mantenerse con vida en tanto que unidades soberanas que reúnen singularidades dispersas; es decir: que no pueden dejar de golpear estético-políticamente el sistema nervioso central de los sujetos-súbditos, puesto que sin golpe estético-político (sin producción de imágenes o representaciones) no hay lazo social ni reunión posible. Para llevar adelante dicho análisis este trabajo se basará principalmente en la saga Esferas del filósofo alemán Peter Sloterdijk, con el fin de reflexionar acerca del poder productor de mundo de la imagen. A partir de allí, se buscará comprender de qué modo es siempre la imagen –el artificio- lo que da unidad y realidad, no sólo al mundo, sino, también, al propio sujeto que se encuentra “dentro” del mundo como un “pequeño mundo”. Al mismo tiempo, será preciso reflexionar acerca de la estética y lo audiovisual en el marco de una teoría de las drogas, pues relatos e imágenes son siempre inductores de conducta que, con sus golpes al sistema nervioso central, gestionan y regulan la inhibición y la desinhibición de las pulsiones.