América Latina se encuentra envuelta en una creciente conflictividad socioambiental. Las raíces de esta conflictividad pueden encontrarse en múltiples causas, estructurales y próximas. El cambio ambiental en nuestra región es tan o más acelerado que en el resto del mundo, pero sus costos no son distribuidos en forma equitativa. El resultado de la suma de estas causas es la emergencia de un sin número de conflictos socioambientales, principalmente en torno a las políticas y proyectos de extracción de recursos naturales - como petróleo, gas, minería, madera, palma y recursos marinos-, al régimen de propiedad y uso de la tierra, y a la gestión del agua. Ecuador es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo y se distingue también por la riqueza y variedad de sus culturas indígenas. El caso de la Reserva Yasuni ITT en la Amazonía Ecuatoriana se inscribe dentro de esta conflictividad emergente, el principal objetivo de esta iniciativa es dejar el crudo bajo tierra para: prevenir la emisión de 407 millones de toneladas de CO2, proteger la vida de pueblos indígenas en aislamiento voluntario y en última instancia favorecer la protección de una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta. Algunos de los mecanismos que se propone son contribuciones monetarias, canjes de deuda por conservación, proyectos específicos en fuentes renovables de energía, deforestación evitada, conservación y desarrollo social. El objetivo del trabajo es analizar la constitución del movimiento de justicia ambiental ecuatoriano, reflexionar sobre conceptos como “corresponsabilidad diferenciada” y los desafíos que enfrenta el Estado Ecuatoriano y particularmente la Iniciativa Reserva Yasuni ITT en la inclusión en el sistema internacional.