Las transformaciones del capitalismo en las últimas décadas trastocaron algunos principios de jerarquización de los sectores sociales más altos. Nuevas tensiones en la unidad de estos sectores, nos obligan a rastrear cambios en los mecanismos de estratificación social, prestándole atención a principios de movilidad, reproducción y distinción. Entendiendo que riquezas semejantes pueden descansar en identidades distintas, digamos que es de nuestro interés vislumbrar cambios en las maneras de habitar, utilizar y vivir las ciudades, a la luz de diversas y distintivas respuestas residenciales. Entre las pistas que nos remiten a la recomposición de la clase alta, asistimos a una que se encuentra íntimamente vinculada con un sector que creció a la luz de la convertibilidad: la tendencia a transformar en permanente la residencia en los barrios cerrados. Nuestra intención será actualizar lo dicho sobre este fenómeno, iniciado ya en la década de los ´90, eminentemente urbano (para el caso, periurbano bonaerense) y protagonizado por una clase media en ascenso, junto con sectores de clase alta. Lejos de ceder, el desarrollo de estas tipologías residenciales sigue expandiéndose. No obstante, la novedad del caso es que la inseguridad o el temor al delito (motivos principales que movilizan la fuga de la ciudad) están comenzándose a sentir como una nueva amenaza, cada vez más posible, dentro de la misma urbanización cerrada. Con el objeto de conformar algún estado del arte de estas cuestiones, acudiremos a bibliografía especializada, particular o tangencial al tema. También veremos cómo se posicionan algunos actores relevantes a través de los principales medios gráficos del país, y cómo estos medios interpretan el fenómeno.