Hacia fines de 2001 y principios de 2002, una amplia gama de reclamos ciudadanos colmaron las páginas de los diarios y revistas locales, provinciales y nacionales con el ánimo de expresar un malestar profundo hacia la clase política que había gobernado durante las últimas décadas en la República Argentina. Estos reclamos dejaban traslucir el momento de crisis social, económica y política que atravesaba el país por ese entonces. Tanto los sectores populares como las clases medias responsabilizaron principalmente a la clase política, a quienes creían responsables mayores de la debacle que vivenciaba la Argentina. Con distinto grado de refinamiento, todas las críticas estaban atravesadas por algunas impresiones comunes con las que intentaban caracterizar a los grupos políticos. Entre ellas, las más corrientes los mostraban como un grupo compacto, estable y sin fisuras, que había hecho primar sus intereses corporativos en detrimento de aquellos de la ciudadanía en su conjunto. Por ello, el objetivo de la ponencia se encuentra en ofrecer nueva evidencia empírica sobre el proceso de formación y reclutamiento de la dirigencia política contemporánea para comprender las características sociológicas de este grupo. El ánimo se encuentra en discutir visiones que entienden a los grupos políticos como espacios cerrados y a la dominación de una manera mecánica. El trabajo también busca ofrecer pautas de análisis sobre las características que ha adquirido el proceso de profesionalización de los políticos a partir de la coyuntura ofrecida por la reapertura democrática en 1983, focalizando la atención en las elites políticas de la provincia de Mendoza. Las fuentes utilizadas provienen de los archivos legislativos y de los ministerios al igual que de la prensa.