La oposición de Durkheim al método psicológico en la explicación social, lo hizo receloso de los esfuerzos por interpretar los fenómenos sociales atendiendo a los motivos individuales o a la relación medios y fines. Esta perspectiva no le ha traído pocas críticas, sobre todo sin en la tradición weberiana nos topamos con un entrecruzamiento entre sociología y psicología. Sin embargo miradas contemporáneas como las de Zafiropoulos (2002) y Ernesto Funes (2004) rescatan la productividad del clásico de la sociología para pensar la relación de individuo y sociedad, con innovadoras argumentaciones. Tal cómo reflexiona Jeffrey Alexander, estos dos autores recurren a las clásicas obras de Durkheim y proponen nuevas interpretaciones sobre la definición de individuo. Por un lado el alcance que la categoría de anomia y la ley de contracción familiar tuvieron en el basamento fundacional del psicoanálisis es reinterpretado por Zafiropoulos con una argumentación novedosa sobre la tensión entre individuo y sociedad. Por el lado de la sociología el hallazgo es el de la interpretación de Ernesto Funes de la subjetividad y sociedad en la teoría durkheimiana. El sociólogo argentino lleva a cabo la empresa de utilizar los tres textos principales de Durkheim y echa mano de conceptos psicoanalíticos, de marcada influencia estructuralista, para sociologizarlos y dar una respuesta innovadora al problema de los procesos de individuación: “El individuo constituye su subjetividad en base a su sujeción a Otro-que-sí, que para él es la sociedad, y en virtud de las modalidades de su relación con ella”