A partir de una serie de procedimientos que retornan una y otra vez en la escritura borgeana, los mismos serán relacionados problemáticamente con un nuevo brotar/acontecer en estas tierras. Porque queremos que algo nuevo continúe aconteciendo/brotando. Consideramos entonces que obra borgeana puede ser tomada como una caja de herramientas con la cual repensar y rearticular el horizonte político kirchnerista. Se buscarán saquear los procedimientos que la caracterizan dicha obra, recuperando de ellos su carácter eminentemente subversivo al disponerlos en función de un horizonte todavía no configurado totalmente. El discurso poético no se opone al discurso cotidiano y por ende no se opone al político. No hay tal oposición, sino correlación; no existe tamaña autonomía discursiva, sino correspondencias. Ambos discursos constituyen prácticas significantes que crean e imponen sentidos, y es posible por tanto establecer un diálogo entre ellos. Hablamos concretamente de retazos. Es decir, de procedimientos de los cuales nos apropiamos, imprimiéndoles vital y alegremente el sello de nuestras voces y posicionándolos en favor de ese algo que todavía está ocurriendo. Entonces: procedimientos como ideas que retornan una y otra vez a lo largo de ese territorio irregular y fascinante que es la obra de Borges; que son arrancados de su letargo y convertidos en retazos, como un Lázaro furioso, vuelto feroz por la presente lectura: ese anhelo de algo nuevo brotando/aconteciendo y que exige felices sacrificios.