El presente trabajo se preocupa por explorar las posibilidades analíticas derivadas de la incorporación del concepto de performatividad, desde los aportes de Judith Butler, para pensar al discurso jurídico y al modo en que este interpela a los sujetos participantes en el proceso judicial; tomando como corpus documental tres expedientes criminales que abordan casos de mujeres infanticidas en la sociedad santafesina de la segunda mitad del siglo XIX. Desde ese concepto, es posible indagar en el poder de los discursos normativos heterocentrados y los modos en que estos se filtran a través de los cuerpos de las personas –en este caso, de las mujeres– imponiendo un modelo y una normalidad deseable acerca de sus conductas y sus emociones. Si partimos del supuesto que afirma que las diferencias de género no son una distinción biológica o una condición natural, sino que se trata de construcciones culturales –modificadas, modificables–, propongo mi análisis a partir del modo en que el discurso jurídico construye una figura ideal de mujer –(re)presentándola– en momentos en que tal figura se ve transgredida. A partir de tales consideraciones, propongo que es posible transparentar las relaciones de poder inherentes a las políticas performativas, como parte constitutiva de la presión social que fuerza a los sujetos a reproducir los modelos identitarios normativos.