La noción de constelación parece la más adecuada para enfrentar nuestras ciudades actuales. La ciudad es en su complejidad una superposición de diferentes constelaciones. Entre estas, con un valor destacado, la constelación conformada por edificios históricos, conjuntos monumentales, zonas de compras y áreas de alojamiento, que resaltan como los nodos turísticos en una trama urbana abigarrada. Estos puntos y los recorridos que los enlazan son una presencia urbana con la que habitantes y visitantes establecen vínculos diferentes y, en casos, contradictorios. Su diseño es, en cualquier caso, una política que define el modo de habitar así como de ver y, en general, de significar la ciudad.Las guías turísticas muestran paseos, itinerarios, mapas, descripciones que crean ciudades lo suficientemente cercana para que el habitante la reconozca, lo suficientemente lejana para que no se la apropie, tan única para que el visitante descubra su pintoresquismo, tan similar para que no se vea amenazado. Tomando en cuenta el caso de Buenos Aires, pero adoptando una perspectiva más amplia buscamos interrogarnos acerca de la forma y concepto de la ciudad turística, prestando atención a su morfología y vida.