El trabajo intentará interrogarse respecto de las intensas relaciones entre estética y política en la contemporaneidad a partir de las contribuciones realizadas por la propuesta teórica de Jacques Rancière, sobre el convencimiento de la riqueza y pertinencia de los innovadores aportes al respecto que brinda esta apuesta teórico-política. Más específicamente, pretenderá adentrarse en algunas líneas problemáticas de la discusión respecto de estas vinculaciones entre estética y política en las sociedades actuales altamente complejas y tramadas íntegramente por signos, símbolos e imágenes, bajo la convicción de que la estética y, puntualmente, el arte tienen enormes potencialidades políticas -no muy reconocidas habitualmente al menos en el campo de la politología- particularmente profundizadas en la contemporaneidad aunque suyas constitutivamente; y sobre el supuesto de que la política opera no sólo por los medios y en los “topos” que convencionalmente se le atribuyen como “propios” sino que se despliega por otros –a veces sigilosamente otras de modo más manifiesto-. Para ello, en primer lugar, se desentrañará analíticamente esta relación en una doble vía, a saber: la que va de la estética a la política, en otros términos “la estética de la política”, y la que se traza desde la política hacia la estética, es decir “la/s política/s de la estética”. En segundo lugar, esta vinculación dinámica será interrogada desde la problemática de la construcción de subjetividades políticas y estéticas operantes alternativamente en el mundo de la política y en el del arte.