Este trabajo se propone analizar las características de los concesionarios viales con el fin de indagar en sus capacidades para ejercer presión sobre las instituciones estatales. Para ello, se adopta un enfoque de análisis sectorial por lo que la inserción del empresariado en distintas actividades económicas da lugar a intereses diferentes los que, a su vez, afectan de manera diversa a la política económica. Los concesionarios que se hicieron responsables de los corredores licitados en 1989 son las mismas empresas que, hasta ese entonces, ejecutaban las obras viales a través de contratos de obra licitados por la DNV. Asimismo, estas empresas, eran las que tenían un mayor volumen de facturación y sus directivos lideraban las cámaras empresariales del sector. Como se intentará demostrar a lo largo del trabajo, los patrones de interacción que se observan en relación con la regulación de las concesiones viales no son propios del período en que se inaugura este instrumento para la reparación y mantenimiento de los caminos sino que existe una importante continuidad respecto de las estrategias desplegadas por los empresarios en décadas anteriores. Por otra parte, estos patrones de vinculación son los que tampoco lograron quebrarse con el nuevo modelo de regulación instaurado en 2003. Por el contrario, aún cuando el nuevo modelo permitió ampliar el número de empresas con capacidad de hacerse cargo de la concesión vial, las prácticas y estrategias no se modifican sustantivamente. Se observa entonces una readaptación del comportamiento empresario a fin de sostener su posición de privilegio.