Los centros de jubilados, los comedores comunitarios y centros de apoyo escolar, las bibliotecas populares, las radios comunitarias, las uniones vecinales localizadas en barrios de sectores populares se rigen bajo la figura legal de 'asociación civil sin fines de lucro.' Éstas por sus estatutos tienen una comisión directiva solventan sus actividades con las cuotas de los socios y con recursos extraordinarios (bingos, rifas, peñas, etc.). En los últimos veinte años las políticas de descentralización estatal las consideran agentes necesarios para la gestión asociada y organismos estatales les transfieren recursos monetarios en calidad de subsidios cuyo monto excede los recursos que por si mismas podrían obtener. Las organizaciones sociales deben cumplir con formas legales para el uso del dinero: inscribirse en la A.F.I.P, y en Rentas de la provincia, emitir facturas, abrir una cuenta corriente especial en el banco y rendir el subsidio en tiempo y forma.¿Qué usos le dan al dinero obtenido a través de cuotas, rifas, bingos, o subsidios estatales?, ¿qué intereses se ponen en juego?, ¿cómo se distribuyen las actividades y los gastos?, ¿qué sentido le dan al dinero puesto en circulación?En este trabajo propongo algunas respuestas a partir de observaciones y entrevistas abiertas a miembros de organizaciones de barrios del Gran Mendoza. Argumento que el uso del dinero en las organizaciones sociales de sectores populares adquiere sentido dentro de intercambios recíprocos que son interpretados desde la lógica de los bienes simbólicos.