La Ideología de la Seguridad Nacional, que establecía al comunismo como enemigo interno y externo, habilitó la ejecución del genocidio en las dictaduras cívico-militares en Sud América. Los Estados quebraron las garantías constitucionales so pretexto de la lucha contra-revolucionaria con el objetivo de aniquilar a un otro negativizado como opositor político. Este proceso fue la condición de posibilidad para implementar una política económica neoliberal durante los '90 que profundizara la desigualdad social. El poder dominante ejerció un control exhaustivo sobre los sujetos destruyendo los lazos de solidaridad y clausurando toda articulación social contestataria. En este contexto la tecnología de poder que enmarcó a los procesos dictatoriales fue la práctica social genocida. Para analizar estos procesos es necesario valerse, entre otros autores y conceptos fundamentales, de la perspectiva teórica de Foucault y de la periodización de Feierstein. El objeto de estudio es la dictadura en Uruguay de 1973 a 1985, el objetivo es investigar si fue un genocidio, porque a pesar de que el dispositivo de aniquilamiento tuvo la peculiaridad represiva de la prisión prolongada, se consideramos en este trabajo que la práctica social genocida no está determinada por el número de víctimas fatales sino por el sentido reorganizador del lazo social dado a su ejecución. Se analizan documentos elaborados por organismos de Uruguay desde una perspectiva de lucha de clases entre fuerzas sociales con intereses antagónicos.