En el lapso de 330 días la ciudad argentina de Baradero ha sido el epicentro de dos actos de violencia institucional y policial de gran impacto. Por un lado, los acontecimientos que rodean la muerte de los jóvenes Miguel Portugal y Giuliana Giménez en marzo de 2010, en donde se encuentran implicados funcionarios municipales. Cobran importancia en el marco de esta ponencia los hechos que tomaron lugar luego de la muerte de estos jóvenes (quema del Palacio Municipal y oficinas públicas) los cuales han provocado un fuerte impacto a nivel local. Por otro lado, el reciente asesinato del joven Lucas Rotela, víctima de un caso de gatillo fácil, ha colocado nuevamente el tema de los abusos y violencias policiales en el centro de la atención tanto mediática como política. Las movilizaciones y protestas que repudiaron ambos acontecimientos desplegaron una multiplicidad de formatos, como el escrache, las marchas y acciones de violencia colectiva contra símbolos e instituciones del estado. En esta ponencia buscamos dar cuenta de las representaciones y sentidos puestos en juego en estas acciones de protesta. Esta indagación se hará a través del análisis de entrevistas en profundidad y observaciones participantes. Asimismo, se analizaran las percepciones que se esgrimen en torno a los representantes del estado, a los planes de seguridad y control del espacio y especialmente, los sentidos que los actores sociales despliegan en torno a nociones de seguridad y orden.