Las formas que adquieren las relaciones entre representantes y representados son deudoras de un proceso de transformación del vínculo representativo. En un polo, una ciudadanía autonomizada de las identidades tradicionales cuestiona permanentemente la legitimidad de las decisiones políticas. En el otro, surgen 'liderazgos de popularidad' cuyo sustento es la opinión pública y que se constituyen en la escena mediática. Producto de la personalización política, establecen vínculos directos con los ciudadanos y estructuran sus apoyos en redes flexibles. La expansión de esta ciudadanía y de tales liderazgos acontece en un espacio mediatizado. Allí coexisten partidos, movimientos sociales, sondeos y medios, y son éstos quienes cobran centralidad como instancias de visibilidad, dramatización de identidades y (des)legitimación del lazo representativo. El presente trabajo busca responder este interrogante: ¿qué características le imprimen los medios a los liderazgos y las demandas ciudadanas? Para ello se reseña el debate sobre la relación entre comunicación política y crisis representativa. Teorizaciones como la 'videopolítica', el 'espectáculo político' y el 'agotamiento de la trascendencia republicana', de un lado; la 'democracia de audiencia' y la 'contrademocracia', del otro; dan cuenta de una disputa sobre si existe una anulación de lo político (principio que significa y cohesiona toda comunidad) por lo mediático, o si asistimos a una metamorfosis de la representación y al surgimiento de nuevas formas de legitimación, acordes a exigencias ciudadanas escenificadas en el espacio público. Sin intentar saldar dicho debate, se lo complejizará mediante el análisis del caso argentino respecto a la relación entre líderes, medios y ciudadanos.