América Latina es un territorio hecho de contrastes. Un sincretismo quizá único, tan doloroso como festivo, hace de América un oxímoron material, en carne y hueso, cuya máxima expresión es el barroco. Partimos de la caracterización deleuziana del barroco como pliegue: los contrastes, los claroscuros, los efectos de profundidad son aquí producto de una textura en continuo pliegue, que se retuerce, se contrae y se dilata. Desde este concepto (que estimamos unifica lo que han sabido construir nuestros escritores, artistas y pensadores), nos proponemos esbozar una hermenéutica latinoamericana que haga hincapié en las tensiones y los antagonismos como punto de partida de una deconstrucción de la cultura. La propuesta tiene su anclaje en el proyecto UBACyT (S 1276) con sede en la Facultad de Ciencias Sociales: 'Hermenéutica de textos para la enseñanza de la filosofía y la investigación en ciencias humanas y sociales', en el marco de una disciplina filosófica que pretende reflexionar acerca del modo como nos comprendemos e interpretamos. El intento no es nuevo. En los años 70 hubo esfuerzos concretos por vincular la literatura y la hermenéutica con vistas a generar un pensamiento propio; pero esos intentos parten a nuestro criterio de una concepción sustancialista de la cultura reacia a los aportes de ciencias como el posestructuralismo y el psicoanálisis. Nos proponemos examinar críticamente esos presupuestos y proponer una nueva hermenéutica para AL que reúna esos aportes con los que supieron construir nuestros pensadores y poetas: una hermenéutica como energética.