Diversos estudios referentes a los procesos de recuperación de empresas, han enfatizado en la centralidad del desarrollo de actividades, tales como bachilleratos populares y centros culturales, por parte de las empresas recuperadas. La importancia de estas actividades radica en que contribuyen a fortalecer las articulaciones entre las empresas y la comunidad, constituyendo colectivos de trabajadores fuertemente ligados a su entorno social. En los momentos de conformación de las experiencias de recuperación, dichas articulaciones permitieron, en cierta medida, resistir los múltiples embates político-judiciales a los cuales debieron enfrentarse las nuevas experiencias de autogestión. Transcurrida una década desde el inicio del ciclo de recuperaciones, pretendemos describir la magnitud y el tipo de articulaciones no mercantiles que desarrollan actualmente las empresas recuperadas, así como también plantear hipótesis en torno a las lógicas fundantes de estas articulaciones con la comunidad. ¿Nos encontramos en condiciones de afirmar que el carácter innovador que aportan estas actividades de articulación entre la comunidad y las empresas autogestionadas se mantiene actualmente? ¿Se observan relaciones con el entorno social en las nuevas empresas recuperadas? ¿Qué relación guarda esta dimensión con el devenir productivo de cada empresa? En miras a responder estos interrogantes, se ha realizado un relevamiento de las relaciones que entablan las empresas recuperadas con la comunidad, en la totalidad de las empresas recuperadas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.