La reapertura reciente de los juicios por crímenes de Lesa Humanidad revitalizó las investigaciones en torno a los efectos sociales de la impunidad y las posibilidades de reparación y restitución frente a los daños sociales producidos por la desaparición forzada de personas durante la última dictadura cívicomilitar. Consideramos que la falta de justicia sostenida por más de treinta años, golpeó de manera diferenciada en su aproximación a los diversos territorios sociales en los que operó la desaparición como tecnología de aniquilación. En este sentido, la construcción de impunidad produjo un altísimo impacto en los sujetos afectados directamente por dicha tecnología: sobrevivientes, familiares, amigos y allegados de los desaparecidos. Para ellos, la impunidad impuso un compás de espera en uno de los ámbitos privilegiados donde se persigue reparación y restitución social. Es en y por las prácticas judiciales -articulación compleja entre los procesos investigativos orientados a la construcción de la verdad de lo acontecido, la determinación de quienes fueron responsables y la imposición de castigos, así como la posibilidad de resarcimiento de las víctimas- que se construye la verdad jurídica. Una verdad que tiene un peso simbólico sustancial en las disputas por el sentido de lo acontecido y es por esta razón que los familiares persiguen incansablemente justicia. En el presente trabajo, nos interesa reflexionar acerca de las (im)potencias reparadoras y restitutivas de la justicia para aquellos que “esperaron”, analizando los testimonios de familiares de detenidos-desaparecidos y sobrevivientes de los Centro Clandestino de Detención, relevados en el desarrollo de las audiencias del juicio por el CCD “Automotores Orletti”