En los últimos años, las universidades han comprendido la necesidad de contar con dispositivos de relevamiento de datos sobre las trayectorias de sus graduados en el mercado de trabajo. En el caso de la ingeniería, este conocimiento resulta fundamental ya que es importante poder retroalimentar los procesos de formación contando como insumo con las experiencias de los propios graduados respecto a las posibilidades de aplicación del conocimiento y las nuevas demandas de los sectores productivos a la especialidad. Así mismo, el estudio de trayectorias laborales supone pensar en un proceso, en el que debemos reconocer una dinámica compleja donde intervienen diversidad de factores, que se conjugan y relacionan a su vez en temporalidades disímiles. La reconstrucción de estos recorridos, implica sin duda grandes desafíos desde la propuesta teórico metodológica. Más aún, en el caso en que las trayectorias laborales se construyen en simultáneo con las trayectorias de formación, esto es, al mismo tiempo que el sujeto completa su carrera de grado, también construye su recorrido profesional. Para el caso de los ingenieros tecnológicos, el proceso de inserción profesional comienza mucho antes de la graduación y se combina con los años de formación. Esta simultaneidad de trayectorias posibilita distintos enfoques para su análisis: desde las relaciones entre el conocimiento formal y la experiencia en el trabajo; hasta la aplicación de los conocimientos. Pero una de las preocupaciones fundamentales es justamente poder arribar a un planteo metodológico que permita captar tanto las vinculaciones como los factores que intervienen en ambos procesos, la temporalidad de los acontecimientos y los motivos presentes en las decisiones que cambian el rumbo de cada generación.