En la sociología del crimen se reconoce que existe una relación entre las emociones y las percepciones ante la violencia y la inseguridad. Kessler (2009) define la percepción de inseguridad como “la respuesta emocional a la percepción de símbolos relacionados con el delito”, es una emoción que requiere una base cognitiva y un juicio axiológico para considerar que lo temido es algo peligroso o amenazante por ciertas razones. Se tiene miedo a algo que se considera una amenaza y nos hace sentir vulnerables ante el riesgo; sin embargo, no es una estructura socialmente homogénea, y se transforma de un individuo a otro (Jasso, 2013). Por ello, la presente propuesta tiene como objetivo analizar las emociones y percepciones ante la violencia y la inseguridad en México, en un primer momento con el análisis de las encuestas de percepción que se realizan en el país desde hace años, sin embargo se reconoce que éstas “son incapaces de capturar el verdadero nivel psicológico, el malestar físico, la ansiedad y el trauma emocional de la gente” (Miethe, 1995) por lo que los hallazgos se contrastan a través de entrevistas semiestructuradas a distintos grupos de la sociedad realizadas como parte del trabajo de campo de mi investigación en la Ciudad de México. Particularmente se profundiza, en quienes se sienten más vulnerables y que “tienden a desarrollar una arquitectura del miedo que alienta a algunas personas a retirarse tras puertas cerradas y reducir así sus lazos sociales” (Inacio, 2004) es decir, modificando sus vidas cotidianas.