Efectuando una lectura atenta de los trabajos publicados hasta el momento sobre el Mundial de fútbol Argentina ‘78, esta ponencia explora algunas paradojas ocasionadas por las continuidades y discontinuidades de sus entramados históricos, sociales, culturales y políticos. En primer término analiza la figura, la extraordinaria continuidad, los planteos tácticos y las dicotomías entre fuerza y estilo que mantuvo el director técnico del plantel. Luego establece un contrapunto entre diferentes sectores del gobierno que se enfrentaron por la racionalización de los gastos del evento y las construcciones que demandaba. Los sectores a favor o en contra de la realización del campeonato dibujaban un ensamblaje que resulta difícil de imaginar en otras condiciones que las impuestas por un mega-evento internacional entornado por un gobierno dictatorial. Finalmente, se contrastan dos de los rituales más relevantes. Por un lado, se analiza la ceremonia inaugural formalizada y codificada en torno al imaginario castrense. Por otro, se interpretan las movilizaciones luego del triunfo en la final, codificadas a partir de un repertorio de festejos que utiliza elementos de las celebraciones por los campeonatos locales, las movilizaciones políticas y las fiestas del carnaval (las dos últimas prohibidas durante el régimen dictatorial).