El Estado en tanto dominación política de clase y forma de las relaciones sociales capitalistas, es también expresión contradictoria de la lucha de clases, siendo una tensión constante entre represión, contención e integración de las demandas de distintas fracciones de clase, o mismo de los sectores subalternos o populares. Más allá de su aparición fetichizada, en tanto esfera política separada, la forma del Estado y su traducción en un determinado régimen político democrático es contingente e histórica, sujeta a las relaciones de fuerza entre las clases sociales y las bases materiales que permiten tal o cual valorización y acumulación de capital. Retomando coincidencias y divergencias entre autores como Jessop, Poulantzas, Gramsci y Hirsch, nos avocaremos a analizar el caso de México en el año 2012, en un contexto de reestructuración del sistema capitalista mundial post crisis de 2008, para problematizar el impacto en la forma del Estado respecto a las luchas sociales y políticas abiertas en torno a las reformas energética y educativa; repensando la construcción de hegemonía y su articulación con determinado proyecto político en relación a bases de apoyo. Asimismo, esbozaremos perspectivas y contradicciones actuales, a raíz del cambio de gobierno con Andrés Manuel López Obrador.