A comienzos del siglo XXI emergieron en nuestra región una serie de gobiernos que buscaron revertir el deterioro de las condiciones de vida de la población provocado por las políticas neoliberales, retomando ciertos rasgos que habían caracterizado a los Estados de Bienestar hasta medidos de la década del setenta. Así, el crecimiento económico, la recuperación del sector industrial y las políticas públicas tendientes a desarrollar el mercado interno, volvieron a posicionar al trabajo asalariado formal como organizador social. A pesar de ello, en referencia al caso argentino, luego de doce años de gobiernos populares, sigue existiendo más de un tercio de los asalariados que se encuentran en condiciones de precariedad (sin aportes a la seguridad social), y una porción importante de la Población Económicamente Activa (PEA) está integrada por los denominados trabajadores “por cuenta propia”. La alianza que triunfó en las elecciones de diciembre de 2015 sostiene como una de sus principales propuestas para el mercado de trabajo que cada persona debe ser el creador de su propio empleo. El objetivo de este trabajo es realizar una crítica al concepto emprendedor como forma de abordar los problemas del mercado laboral y de la nueva cuestión social en Argentina.