Desde la asunción al gobierno de Cambiemos en 2015, asistimos a una serie de intervenciones políticas y cambios normativos que consideramos que conforman un entramado geopolítico enmarcado en el Paradigma de las “Nuevas Amenazas”. Esto conlleva un cambio en la definición de la Seguridad, presentando al delito y a los diversos actores involucrados, como una amenaza a valores difusos que alternan entre la Soberanía, la Seguridad del Estado y la Seguridad Nacional. Esto habilita la definición de “enemigos internos” y la construcción de un discurso cada vez más asentado en la “demagogia punitiva” y la “bolsonarización” de la política, instalando la falsa dicotomía entre un “garantismo” que conduciría a la impunidad de los delincuentes y su contracara, “soltar la mano” de las Fuerzas de Seguridad. En este trabajo avanzamos en el análisis de las políticas públicas implementadas desde fines de 2015 y, a partir de los discursos políticos y mediáticos, del incremento punitivo estatal conforme a una serie de respuestas políticas que dan cuenta de un cambio del paradigma punitivo, que se completa con una tendencia re-militarizante de la seguridad interior en la Argentina.