El período comprendido entre 1792-1794 significó un quiebre absoluto para la revolución francesa. Bajo el flamante gobierno, encabezado por los jacobinos y encarnado en la figura de Maximilien Robespierre, nuevas figuras discursivas emergen y con ello nuevas problematizaciones. Los significantes de la Virtud y el Terror, inéditos hasta entonces, serán combinados y enarbolados por Robespierre en sus discursos y luego puestos en valor como sus principales resortes. La mayor parte de la historiografía será extremadamente crítica con el período y en el imaginario popular su figura será rechazada y olvidada. A partir de un planteo teórico en donde se articulará la construcción de la figura del pueblo, la expresión de la política y las características de las trayectorias de los significantes empleados, se buscará indagar en las particularidades, pretensiones, alcances y limitaciones que tuvo su construcción discursiva y su impronta en el proceso revolucionario.