En el año 2015 el Gobierno local emitió el Decreto N0 363 que dispone la creación de la Secretaría de Integración Social y Urbana (SECISYU) y le otorga, a su vez, la responsabilidad de llevar adelante la urbanización de la Villa 31. En el marco de dicho proceso, la participación comienza a estar en boca de todos: desde la SECISYU hasta los vecinos organizados, pasando por los Bancos Multilaterales de Desarrollo, conciben a la misma como un elemento central e imprescindible de la política. No nos interesa denunciar la brecha -sin lugar a dudas existente- entre la formulación de la política pública participativa (\"idea\") y su implementación (\"realidad\"), sino reflexionar sobre los significados en pugna desde el campo discursivo mismo. En pos de ello avanzamos en dos sentidos: por un lado, a partir del análisis de datos provenientes de fuentes secundarias (informes elaborados por BMDs y SECISYU) y primarias (trabajo de campo y entrevistas semiestructuradas), nos proponemos describir las distintas visiones sobre la participación que emergen en el marco del proceso de urbanización en cuestión; por el otro, recuperando de manera crítica elementos tanto de la sociología lingüística como de la filosofía política, reflexionaremos sobre las razones e implicancias de que un mismo elemento -en este caso, la participación-, sea utilizado como bandera por actores tan diversos en un mismo proceso.