En mayo de 2017 una voz nunca antes escuchada se expresó inesperadamente en la escena pública argentina: “Marché contra mi padre genocida”. La voz era de Mariana Dopazo, ex hija de Miguel Osvaldo Etchecolatz, condenado a cadena perpetua en cinco oportunidades por crímenes contra la humanidad. En las semanas sucesivas, hijos e hijas de genocidas argentinos narraron anécdotas y recuerdos de su infancia y adolescencia en el hogar paterno, relatos que fueron abordados y difundidos por algunos medios de comunicación. En este trabajo abordaré los relatos de hijxs y ex hijxs de genocidas referidos a los efectos que dicha filiación ha tenido en ellxs: me detendré en las narraciones referidas a la vida familiar junto a sus padres, el recuerdo de los años de la dictadura desde el hogar paterno, la toma de posición contraria al accionar de su progenitor y el proceso de elaboración a partir de su posicionamiento crítico. Analizaré los testimonios a fin de describir dichas experiencias y trazar algunas líneas comunes presentes en los relatos para distinguir -sin pretender anular la especificidad de cada historia personal- algunos elementos o escenas características que identifican su experiencia como hijxs o ex hijxs de genocidas.