En esta coyuntura latinoamericana podemos observar una pérdida de derechos sociales establecidos en diversos estados durante la primera década de este siglo. La destitución parlamentaria de Dilma Rousseff, la elección presidencial de un cuadro dirigente liberal-conservador en Argentina, o la descomposición de la llamada revolución bolivariana en una crisis estatal indican límites a la democracia radical impulsada por movimientos sociales. En efecto, distintos autores conceptualizan este proceso emergente como una restauración conservadora. Esta perspectiva nos permite observar la repetición de proyectos estatales de regulación capitalista neoliberal considerados antes residuales, pero mi argumento es que no nos alcanza para pensar al retroceso político – en sus políticas, prácticas y dimensiones simbólicas – como un problema en sí. En este sentido me parece crucial considerar la categoría de regresión elaborada por Theodor W. Adorno. Esta aproximación sostiene que la cuestión ideológica en las regresiones autoritarias no consiste en un retorno al pasado como a un estadio inferior, sino en una pérdida de las posibilidades reales de libertad e igualdad en el presente. Así, en nuestra coyuntura, las fuerzas políticas conservadoras pretenden resolver los problemas estatales y capitalistas en un régimen global en contra de las posibilidades existentes de mayor libertad e igualdad colectiva. En mi demostración analizo la expansión de derechos sociales por movimientos subalternos durante los gobiernos de Cristina Fernández en Argentina. Luego de explicar estas condiciones y sus límites examino cómo el gobierno de Mauricio Macri (2015-) ha socavado registros sustanciales de igualdad y libertad colectiva en un conjunto de políticas sociales, culturales y económicas.