El primer peronismo tuvo la virtud de generar en torno de los tiempos posteriores a su derrocamiento lo que se conoce como el “mito de la resistencia, como herramienta política autorreferencial. La historiografía contemporánea se encargo de cuestionar este relato. Los avatares reales que debieron soportar sus dirigentes en esos años, en los que de gobernantes pasaron a ser desterrados, los testimonios los muestran frágiles y en situaciones complejas. Siguiendo esa línea de indagación la presente ponencia nos proponemos tratar la situación de los dirigentes que protagonizaron la fuga del penal de Rio Gallegos a Punta Arenas, apelando a las fuentes periodísticas y judiciales chilenas que permiten adentrarnos en la trama de acusaciones, pedidos de extradición y presiones políticas que ejercía el gobierno de Aramburu a los fines de lograr la extradición. El debate judicial llevado a cabo en los estrados chilenos refleja en buena parte la situación de los dirigentes del peronismo en Chile que aspiran a mantener una condición de asilado, pero no obstante siguieron dependiendo de los criterios de la justicia chilena para no ser extraditados. Indagar en torno de un proceso judicial, cargado de matices políticos se convierte en un medio de reconocer la argumentación y contra argumentación de los protagonistas de la acusación y de la defensa, a la vez que se develan las torpezas e inconsistencias de la acusación judicial argentina, frente a los criterios que manejaba la justicia chilena. Si tomamos en cuenta los aportes de la microhistoria en este sentido, se cuenta con un bagaje de experiencias que nutren la indagación. La existencia de jurisprudencia de antigua data, reconocida por acuerdos internacionales de la que fue signataria la Argentina , que defiende a los perseguidos políticos, que fueron miembros de gobiernos derrocados, para que no sean victima de venganza por quienes se apropiaron del gobierno mediante un golpe, resulta ser un elemento medular en la defensa de los peronistas. También el recorrido del proceso permite mostrar los reduccionismos que la prensa política, aun de tendencia favorable a los enjuiciados