La revista Mundo Nuevo sale a la luz en julio de 1966 en París de la mano de Emir Rodríguez Monegal. Si bien se ha reconocido que el crítico uruguayo cumplió un papel indiscutible en su gestación y que fue, sin duda, el principal timonel de la revista, los estudios no han reparado hasta el momento en el hecho de que la labor de Monegal se asentó en buena medida en la labor de otro gestor cultural de relevancia. Uno los grandes colaboradores detrás de Emir Rodríguez Monegal fue el exiliado republicano español Benito Milla, creador a su vez de editorial Alfa y director de varias revistas del ámbito rioplatense como Letras62, Deslinde o Temas, además de agente literario del propio Emir Rodríguez Monegal. Milla, desde Uruguay, acompañó la gestación de Mundo Nuevo desde la invención de su nombre hasta la búsqueda de posibles colaboradores/gestores en otros países de Latinoamérica (como lo fueron finalmente Juan Liscano en Venezuela o José Miguel Oviedo en Perú), pasando por la propuesta de textos y autores. El objetivo de este trabajo es echar luz sobre el papel de Milla y otros actores ocluidos en la historia de una publicación que quizás nos puedan permitir trascender el horizonte del conocido debate sobre su financiamiento, la gestación del Boom y la canonización del realismo mágico. No se trata, simplemente, de poner el foco y hacer un ejercicio de memoria sobre personalidades que quedaron eclipsadas pero cuyo concurso fue significativo. Se trata aquí de descentrarnos de las grandes figuras que protagonizaron el debate del año 1966 (Roberto Fernández Retamar y Emir Rodríguez Monegal), de poner en suspenso la polarización entre izquierda revolucionaria y derecha liberal, literatura comprometida y Boom, para reponer la compleja trama política y cultural que atravesó a Mundo Nuevo, a Latinoamérica y el mundo entero en los años de la Guerra Fría cultural.