Los conflictos estudiantiles que hacia 1918 se producen en la ciudad de Córdoba marcan el inicio del movimiento continental de la Reforma Universitaria y junto a él la emergencia de la juventud universitaria como un nuevo actor político. Entre los elementos que estructuraron la expresión ideológica argentina de la Reforma suele destacarse la combinación de un juvenilismo arielista con el antipositivismo difundido por el filósofo madrileño José Ortega y Gasset, quien visita el país en 1916 y en las décadas siguientes entabla estrechos vínculos con la intelectualidad porteña. Pero más allá de Ortega, en la emergencia del ideario reformista también jugaron un papel importante el arribo de ideas y prácticas provenientes de otras zonas de lo que entonces se entendía como la “Renovación Española”. En efecto, las noticias de la Residencia Universitaria de Madrid motivó a los jóvenes porteños reunidos en el Ateneo Universitario (1914-1920) no sólo a organizar un grupo de lectura de los maestros españoles del juvenilismo, sino también a proyectar la fundación en una institución similar en Buenos Aires. Por otra parte, son las simpatías hacia el proyecto novecentista que desde Cataluña protagoniza el filósofo Eugenio D’ors las que llevaron a un grupo de estudiantes de abogacía y filosofía de la Universidad de Buenos Aires a fundar el Colegio Novecentista (1917-1921). También los universitarios cordobeses agrupados en Córdoba Libre (1916-1922) se sintieron interpelados por el proyecto catalán, al punto que Deodoro Roca, uno de los máximos líderes de la Reforma, gestionó desde la Universidad de Córdoba la llegada de D’ors a la Argentina a fines de 1921, un año en que los reformistas avanzan en la concreción de varios de sus reclamos. La presente ponencia se concentra en el momento de recepción de la Residencia Universitaria de Madrid y del novecentismo orsiano entre la juventud universitaria argentina. Busca iluminar el original proceso de apropiación realizado por los tres grupos juveniles participantes de la Reforma, y para ello analiza no sólo los soportes materiales a través de los que se trasmitieron en la Argentina un conjunto de ideas y prácticas proyectadas en principio para otras latitudes, sino también las rutas y los actores intervinientes en esa transmisión, y los intereses que guiaron la edición, la cita y la visita de d’Ors a la Argentina.