El primer edificio de concepción penitenciaria argentino fue habilitado en la ciudad de Mendoza en mayo de 1865, 12 años antes que la Penitenciaría de Buenos Aires. Su construcción, consecuencia del terremoto de 1861, presentó una notable influencia de la Penitenciaría de Santiago de Chile tanto en su arquitectura como en su funcionamiento. El estudio que presentaremos pondrá en discusión nuevos elementos que buscan aportar precisiones acerca de la concepción arquitectónica del edificio, su construcción y su primer reglamento, no abordado hasta el presente por la historiografía. Nos proponemos analizar la génesis del proyecto arquitectónico, la influencia que tuvo en él su similar trasandina y que no se detuvo en el continente físico, sino que alcanzó a su reglamentación y puesta en funcionamiento. El trabajo indagará sobre el articulado del “Reglamento para la Cárcel Principal de la Provincia”, aprobado en marzo de 1866 por el gobernador Carlos González, y los antecedentes de su primer director, quien permaneció en el cargo hasta 1873, organizando en ese período los talleres, la sección de mujeres y la escuela. El análisis incluirá el estado del arte de la arquitectura penitenciaria sudamericana a mediados del siglo XIX, la articulación existente entre espacio arquitectónico y régimen penitenciario y su vinculación con las ideas penológicas de la hora. Tanto el articulado del reglamento como el informe adjunto presentado por sus redactores proporciona abundante material para aproximarnos a su organización interna, a la distribución de los espacios y a la funcionalidad que fuera prevista para el establecimiento. Este estudio busca esclarecer algunos aspectos de la primera experiencia penitenciaria argentina, abordar facetas aún no divulgadas sobre su concepción, determinar la genealogía de su diseño arquitectónico, como así también precisar en que medida respondió a la “simple idea de arquitectura” del célebre jurisconsulto Jeremías Bentham.