El objetivo de esta ponencia es la aproximación a la vida cotidiana en la Penitenciaría Nacional de Buenos Aires en las postrimerías del siglo XIX, a partir de un conjunto de cartas remitidas desde dicho penal y descubiertas por la Policía durante el allanamiento del domicilio de Eleodoro Della Martino, en busca de esclarecer una seguidilla de robos. Estas misivas darían cuenta de la situación que caracterizaba el día a día de los reos de la Penitenciaría en relación a los más diversos ámbitos, ya sea en términos generales o individuales. Entre las condiciones generales de vida, las cartas que constituyen el corpus documental de esta investigación hacen referencias a la alimentación y abrigo, al trabajo en los talleres carcelarios, al uso del “lunfardo”, los horarios de visitas, entre otros factores. Entre los aspectos susceptibles de identificar con las subjetividades de los reos en la Penitenciaría de Buenos Aires, a través de las misivas recopiladas se encuentra la rememoración de antiguos delitos cometidos en complicidad entre remitente y destinatario, los consejos para desarrollar una vida sin lamentar “las vicisitudes del hambre”, las recriminaciones y demostraciones de afecto, además de la cultura judicial de los delincuentes y sus formas de circulación social y material. En cuanto al soporte documental mismo, cabe destacar que se trata de cuatro cartas escritas de puño y letra por dos sujetos encarcelados, lo cual daría cuenta de una forma de acceder a testimonios escritos de la marginalidad urbana bonaerense. La mencionada marginalidad urbana constituiría una “red de redes” conformada por varios sectores sociales no adscritos a la “ética del trabajo” –que se refiere a la necesidad de trabajar para conseguir el sustento, a lo indecoroso de no hacerlo, a lo injusto de subvencionar a aquellos que teniendo la capacidad de trabajar no lo hagan y, por último, sancionando positivamente sólo el trabajo asalariado –, tales como prostitutas, “compadritos” y perpetradores reincidentes de delitos contra la propiedad. El hallazgo de estas cartas –fuera de lo común, considerando un expediente criminal tradicional– fue hecho en el contexto de la investigación conducente a mi Tesis de Magíster en Historia, titulada “Criminales y Cómplices. Práctica criminal, redes sociales y reproducción de la marginalidad en Santiago, Valparaíso y Buenos Aires, 1890-1910”. Las cartas entre Eduardo Font, su compañero en la celda 518, Pedro Carreras, y Eleodoro Della Martino, reducidor de especies robadas, están disponibles en el Archivo General de la Nación Argentina, Fondo Tribunal Criminal, Legajo D-60, 1899. PALABRAS CLAVES: cultura judicial delictiva, vida cotidiana carcelaria, testimonios escritos de sujetos marginales, marginalidad urbana.