Las dinámicas sociales en Pamplona de Indias, provincia del Virreinato de Nueva Granada, a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, muestran el ascenso y consolidación de la élite pamplonesa conformada por hacendados-comerciantes insertos en el circuito agroexportador que tenía salida hacia el exterior por el lago de Maracaibo. La presente ponencia se propone estudiar los diversos vínculos desplegados, por la mencionada élite, en los distintos espacios de poder a los que tuvo acceso entre 1795 y 1819, con miras a analizar el papel jugado por las élites locales-regionales en el proceso conocido en la historiografía como la Independencia. Para efecto del desarrollo metodológico optamos por reconstruir la red social en torno a un determinado miembro que cumple la función de actor central –red egocéntrica-, en nuestro caso, María Águeda Gallardo Guerrero, matrona de la familia Villamizar Gallardo, quien en 1810 moviliza sus vínculos familiares, insertos en espacios de poder como el Cabildo, la Hacienda, la Audiencia de Santa Fe de Bogotá, la jerarquía eclesiástica, y centros educativos universitarios, para levantarse en contra de la autoridad real provincial, el Corregidor de Pamplona. La documentación que disponemos para construir la red nos permite indagar por los diversos roles que cada individuo de la élite jugó en la estructura social, las estrategias que desarrollaron como sujetos y como grupo en aras de mantener las dinámicas de poder local y regional alcanzada a lo largo del siglo XVIII. La diversidad de vínculos establecidos entre los miembros de la élite local-regional dio paso a la creación de un entramado de relaciones construidas y reforzadas desde los lazos familiares, en los cuales incluimos a los vínculos consanguíneos, las alianzas formales y ritualizadas (como matrimonios, parentescos, compadrazgos), y, las alianzas informales, pero no por ello menos decisivas, como el paisanaje. Las estructuras familiares consolidaban los intereses económicos y políticos del grupo, al reducir los riesgos e incertidumbres propios de las sociedades de antiguo régimen, con un propósito claro: mantener el poder que les permitía seguir gozando de su condición de élite. Las redes de sociabilidad vinieron a convertirse en la estructura principal sobre la cual la élite sustentó su continuidad como grupo de poder en medio de la inestabilidad suscitada por la crisis de la monarquía española.