La frontera bonaerense fue un espacio en constante movimiento y expansión sobre las tierras ocupadas por distintas parcialidades indígenas, donde las instituciones estatales se mezclaron con los intereses particulares de aquellos individuos que estaban a cargo de las mismas. A causa de ello, constituye un ámbito privilegiado para estudiar las rela-ciones personales y colectivas constituidas entre los distintos actores sociales que la habitaron, especialmente a través de las formas que adquirieron la política y la lucha por el poder en esos espacios. El presente trabajo tiene por objeto analizar la construcción de vínculos sociales en la frontera de Buenos Aires, durante los años de la “organización nacional” (1852-1880), a partir del estudio de las relaciones que establecieron entre sí los actores de la campaña bonaerense en el marco de las instituciones militares de aquellos años. Con tal fin, nos concentraremos en la figura del coronel don Benito Machado –caudillo del sur de la provincia– y los “vínculos adquiridos”, tanto personales como colectivos, que construyó para conquistar un gran capital relacional, que lo convirtieron en un importante líder político y militar del mitrismo en ese espacio territorial, utilizando las herramientas que le proveía el Estado en proceso de construcción. El coronel Machado entabló estrechos lazos con distintos sectores de la sociedad que, al mismo tiempo, se vieron atravesados por los vaivenes de la política nacional y el fun-cionamiento de las instituciones militares –Ejército de Línea y Guardias Nacionales– en la frontera. Las relaciones verticales y horizontales que constituyó a lo largo del período estudiado no solo pueden explicarse a través de las prácticas clientelares. Es necesario abordarlas teniendo en cuenta otras nociones que permitan complejizar la cuestión, como amistad política, confianza, parentesco, compadrazgo, paternalismo y camaradería. Estos vínculos se tornan importantes para tratar de comprender y explicar el proceso a partir del cual el coronel Machado construyó las bases de su poder que transformó en liderazgo en la frontera de Buenos Aires, reflejado, entre otras cosas, en la gran capaci-dad para movilizar a la población ante algún conflicto político o militar que necesitara de la ayuda que sus guardias nacionales pudieran suministrar a la causa mitrista.