Una ciudad que se modernizaba culturalmente, con el nacimiento de la radio y el cine, el aumento de innumerables publicaciones, la masificación del fútbol y el carnaval, motivó a las izquierdas a razonar sobre esos fenómenos y actuar, incorporándolos o no en sus prácticas culturales. El conocimiento de la invención del cine fue casi inmediato en Montevideo, y su primer visionado ocurrió medio año después, cuando las izquierdas internacionales estaban prácticamente naciendo. En una interrelación entre sus promotores y la gente, el cinematógrafo transitó un velocísimo camino de creación de un público consumidor de imágenes, sonidos y “estrellas” que nacían en París, Nueva York o Moscú y luego en México o Buenos Aires. En 1920, ya hacía ocho años que el cine en Montevideo superaba en espectadores a las representaciones teatrales. Las izquierdas –en especial anarquistas, socialistas y comunistas-, iniciaban un tránsito que las llevó a pensar en el trascendente significado del nuevo medio, rodeado de riesgos y posibilidades, y a usarlo. Las siguientes décadas vieron el creciente impacto de la influencia del medio, desarrollo de una red de cines céntricos y barriales, instalación de empresas distribuidoras de los principales centros de producción cinematográfica y hasta intentos de un cine nacional, que generó un importante consumo. A comienzos de los 50, ese desarrollo llegó a su clímax, en salas, estrenos –en su gran mayoría extranjeros- y espectadores. Me propongo estudiar la evolución de las miradas de esas izquierdas en torno al fenómeno, y su uso creciente en las prácticas culturales habituales –veladas, festivales-, atendiendo al contexto social y cultural de esa ciudad cosmopolita, a los nuevos gustos y el incremento de su apropiación masiva. Me interesa plantear la formación y transformación de un público de izquierdas en torno al cine, los comentarios y reflexiones que sobre el mismo realizaron y los posibles factores que influyeron en ese proceso. Las fuentes a emplear serán fundamentalmente la prensa periódica de estas izquierdas y la gremial, entrevistas orales a militantes y trabajadores y eventualmente fotografías asociadas al fenómeno o algunas de las películas consideradas significativas. Se espera poder aportar a una mirada más amplia del fenómeno, desde la experiencia montevideana, y que puede resultar un insumo o un aliciente hacia un enfoque comparativo con las peripecias del cine y su empleo por las izquierdas en otros contextos y lugares de América.