La historiografía puntana ha afirmado sin excepción que el pueblo puntano contribuyo con la gesta sanmartiniana de manera total y sin reservas, a manera de inmolación, puesto que siendo más pequeña y con menos recursos que Mendoza y San Juan entregó todos los bienes y hombres que poseía. Esto fue posible porque estaba profundamente convencida de la causa libertadora que José de San Martin lideraba. Un estudio de las fuentes de los años 1812 a 1816 demuestran que esa convicción tan alabada por nuestros historiadores está lejos de ser inherente al pueblo, por el contrario, fue fomentada por San Martin y su hombre en San Luis Vicente Dupuy. San Luis cumplió la función en el plan sanmartiniano (desde un primer momento y durante toda la guerra contra el realista) de cárcel, ya que era perfecta por sus condiciones naturales, por lo que constantemente recibía prisioneros de alto rango. Es decir que sus habitantes se veían expuestos a influencias realistas cotidianamente, pero no habían resuelto completamente su lealtad hacia la causa. Como ejemplo se analizará el caso de Juan Pablo Palma, vecino de la ciudad de San Luis, perteneciente a una de las familias más prestigiosas y ricas de la ciudad. En 1814 fue acusado y encarcelado por haber ayudado a escapar de su confinamiento al europeo español Juan Díaz, alegando que no sabía quién era ni que era enemigo de la causa. Mediante este caso, podremos observar que: 1. en la ciudad de San Luis, como lo expresa el mismo Dupuy en un oficio a San Martin, el pueblo era, como mucho, indiferente a la causa 2. aun las personas y familias más prestigiosas del lugar definían su relación con el realismo de acuerdo a intereses inmediatos, como beneficios económicos 3. no se puede considerar a Juan Pablo Palma como un “traidor”, puesto que el pueblo puntano no estaba en pie de guerra contra el realista en ese momento 4. el “patriotismo” tan alabado por los historiadores puntanos recién puede observarse diseminado en la mayoría de la población en 1819.