Desde mediados de la década del noventa se evidenció en Argentina el resurgimiento organizativo de comunidades indígenas y la consolidación de sus demandas, en un proceso que ha sido caracterizado en América Latina como “la emergencia indígena”. El incremento de legislación nacional e internacional en materia indígena, posibilitó nuevas formas de organización y participación que paradójicamente, se dieron en simultáneo a la profundización de un modelo de desarrollo ligado a la expansión de las industrias extractivas. En este sentido, este artículo analiza cómo los proyectos de exploración y explotación del Litio en la Puna de Atacama (Salinas Grandes y laguna Guayatayoc y Salar de Olaroz), entran en conflicto con el uso del territorio que realizan las comunidades indígenas que habitan ancestralmente. Es en el seno de este conflicto donde se reactualizan demandas e identidades históricas al tiempo que se reconfiguran y/o resignifican.