En la década de 1990 se institucionalizó el proceso de internacionalización de la retórica de la diversidad en un marco de politización de la cultura y de la identidad, que en convergencia con la gubernamentalidad neoliberal se plasmó en una juridización de la diferencia expresada en reformas constitucionales que establecen la caducidad de la nación como comunidad imaginada uniforme e inauguran legalmente el carácter multicultural del sistema-mundo actual. A partir de la lectura de los enunciados judiciales de las nuevas Constituciones Nacionales, este trabajo analiza los efectos modeladores y estructurantes de la nueva economía política de la diversidad cultural en la población afrodescendiente, categoría subalterizada y racializada que conforma el 30% de la población latinoamericana. Se estudiarán los casos nacionales de Colombia y Ecuador, los países con mayor trayectoria de bases organizativas establecidas alrededor de la cuestión racial en tanto agentes de enunciación al interior de un nuevo espacio dialógico intercultural. Se busca analizar la contradicción de la universalidad frente a la diferencia en el sistema-mundo actual, desigual y combinado, productor y reproductor de identidades posicionales a través de una reiterada violencia performativa que articula un sentido de la relación , estructurando diferencia y el espacio liminal para (des)habitarla.