Se intenta investigar, partiendo de un fragmento en el libro de los Pasajes de Walter Benjamin, la moda en cuanto “entrepuesto dialectico entre la mujer y la mercancía, entre el deseo y el cadáver”, dialogo con la muerte, que la atrae pero no se deja enredar, que en ella hace cosquillas e ya es otra. El rastro dejado por Benjamin encuentra resonancias en la obra de Zola, en que el grandmagasin “Au bonheur des dames”, que en su crecimiento seduce los parisinos y destruye el pequeño comercio tradicional, deja por la ciudad un rasgo de pasión y muerte. La Paris haussmaniana del siglo XIX establece un nuevo rito del consumo, flaneando por las mercancías, deslizando sin atrito por la tienda hecha en acero y cristal, envuelto por una atmosfera subjetiva que costura el consumidor en su propio deseo fetichizado. En comunión con la arquitectura airada y metálica, la moda sacraliza el profano, erotiza el objeto-fetiche profundizando la reificación del hombre moderno. La soledad de las grandes ciudades, el cinismo desencantado frente al deseo y el exceso producido por un capitalismo radical, parecen forzar el consumo de moda por una dimensión cada vez más perversa, y es esto que proponemos analizar.